sábado, 20 de noviembre de 2010

INMIGRACIÓN Y ELECCIONES




La inmigración es un tema recurrente y utilizado electoralmente por la mayoría de los partidos políticos. Se trata de un tema que, llega a los sentimientos más sensibles de la sociedad.


En estas elecciones definiremos la Catalunya del futuro, al menos para los próximos cuatro años. El partido de los Socialistas defiende y defenderá la visión de país basado en las personas. Otros lo hacen desde una visión liberal y mercantilista, donde las personas faltan o sobran según la coyuntural situación del mercado de trabajo, y donde el hombre solo es una herramienta necesaria para obtener el máximo beneficio con el menor coste. Otros, los nacionalistas, defienden la asimilación del extranjero a la cultura dominante, de la que ellos se proclaman únicos albaceas y ven en el inmigrante, sea español o extranjero un peligro para su visión “territorio-cultura-nación” como algo único.


En momentos de crisis, la integración de los inmigrantes y su cohesión dentro de la sociedad crea tensiones más emotivas que racionales. Una vez recogida la cosecha, el inmigrante pasa a ser vagabundo, sobra. Corren tiempos donde priva el mercantilismo, las normas que rigen el mercado, y si hay exceso de mano de obra, expulsemos del mercado al más débil, o al diferente.
Pero existe una realidad que Catalunya ha aprendido a través de siglos de flujos migratorios y que constantemente han enriquecido nuestra sociedad. Salou es un ejemplo muy significativo de ello. Esta ciudad se ha formado desde un núcleo pequeño en una de las ciudades más importantes y pujantes de nuestras comarcas.


Sus ciudadanos, muy mayoritariamente provienen de otras comarcas, regiones y países, cada vez más lejanos.


El ciudadano no español, con orígenes tan lejanos como África, Latinoamericano o Europa oriental no vota en estas próximas elecciones y por tanto el mensaje que envían muchos partidos, particularmente los que componen la derecha política y social, tienen un mensaje que difícilmente repetirán en las siguientes elecciones municipales, donde muchos de estos inmigrantes podrán tener una participación activa votando y elevando sus propuestas.


Así, combinan una postura intransigente generalizando una situación de ilegalidad, que no es real, haciendo al inmigrante protagonista de un aumento de la delincuencia, que tampoco es real, causa de la falta de trabajo, que definitivamente tampoco es real.


Catalunya será el país que construyamos los ciudadanos de Catalunya, sea cual sea su origen, su religión su raza o su cultura, con pleno respeto a nuestros principios básicos e irrenunciables como la igualdad entre las personas, el derecho a la educación y a un trabajo digno, y dignamente remunerado, a la salud, etc.

La cultura es dinámica y va reconfigurándose por influencias de clase, género y grupo étnico, identificar cultura con Estado-nación o cultura con una religión, es una falacia, ni siquiera los cristianos compartimos una sola cultura, y la sociedad catalana hace ya tiempo que ha asumido como propias tradiciones de otras partes de España, especialmente en Salou celebramos como propias celebraciones como la Feria de Abril o el Pilar.


Los inmigrantes han hecho grandes sacrificios para llegar a compartir estos principios con los que llegamos antes o siempre estuvimos aquí, y desean participar en el desarrollo de nuestra sociedad. Es su derecho, reconocido en los Derechos del Hombre y es nuestro interés en que estas personas consigan integrarse efectivamente, que puedan participar en situación de igualdad en nuestra sociedad.


Al inmigrante se le debe exigir que cumpla los principios de nuestra sociedad y que los aplique también en su entorno personal y familiar.